DIOS EN EL MUNDO MODERNO. UN ANÁLISIS SOCIOLÓGICO
35 AÑOS DE ENCUESTAS. Marita Carballo

DIOS EN EL MUNDO MODERNO

UN ANÁLISIS SOCIOLÓGICO

35 AÑOS DE ENCUESTAS

Marita Carballo

 

Por Alicia Casermeiro Pereson(*)

 

 

El nuevo libro de Marita Carballo, titulado Dios en el mundo moderno, Un análisis sociológico. 35 años de encuestas, trata cerca de la variación temporal en el análisis comparativo de los valores y las prácticas religiosas en la Argentina y en 100 países estadísticamente representativos del resto del mundo.

 

La obra fue presentada en el Instituto de Sociología Política de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, a través de un panel integrado por la propia autora, los doctores Enrique Amadasi, Vicente Espeche Gil y Alicia Casermeiro Pereson, con la moderación del Dr. Adalberto Rodríguez Giavarini (disponible en You Tube/Marita Carballo/ANCMS o en https://ancmyp.org.ar/contenido.asp?id=2251)

 

Las principales preguntas que intenta responder este estudio son dos: ¿Cómo ha evolucionado la religiosidad en Argentina? y ¿Qué diferencias existen entre nuestro país y el resto del mundo a la hora de hablar de la fe en Dios y de la importancia de la religiosidad en nuestras vidas?

 

Indudablemente, una de sus grandes fortalezas es el análisis longitudinal y diacrónico que hace sobre el tema, abarcando el período 1983-2017. Ello fue posible porque Marita Carballo participa como investigadora principal en la Encuesta Mundial de Valores (World Values Survey – WVS), donde Argentina está incluida.

 

Analiza si las personas han cambiado su nivel de religiosidad en el curso de las últimas décadas y, si es así, cómo ello impactó en sus actuales actitudes y valores.   

 

Brinda datos abundantes sobre las actitudes durante los años previos y posteriores al siglo XXI; que dan paso a la llamada posmodernidad, particularmente relevante en cuanto al gran desarrollo y consolidación de las tecnologías propios de fines del siglo XX y de la globalización en el uso de los nuevos soportes digitales en las comunicaciones en lo que va del siglo XXI. En tal sentido, el libro analizado pone el foco de atención indicadores de los “cambios de época” que se sucedieron.

 

En el caso de Argentina y a modo de breve síntesis, muestra que hoy por hoy los argentinos son mayoritariamente religiosos: 9 de cada 10 dicen creen en Dios, 7 de cada 10 se autodefinen religiosos y otorgan importancia a Dios en su vida). Sin embargo, se encontraron fluctuaciones a lo largo del tiempo, con una caída de la religiosidad y del número de fieles, sobre todo en la última década: mientras que en el año1983 se reconocían un 81% de fieles y, actualmente, esa cifra ha descendido al 61%. Mientras tanto, la práctica religiosa es baja (2 de cada 10 argentinos asisten semanalmente a misa).

 

Parte de la población ha optado por prácticas que implican un vínculo más “directo” con lo espiritual (un 53% dice que reza semanalmente y un 34% que lo hace diariamente) pero no en forma institucionalizada.

 

Tal como menciona la autora, “la religión se ha ido resignificando en Argentina, pasando a ser una religión que se asienta mas en el aquí y el ahora, como si fuera un agente de “bienestar personal” o, como mencionara Enrique Amadasi durante la presentación del libro, en un “menú a la carta”.

 

Asimismo, en términos morales, se muestra cierto relativismo en una importante proporción de argentinos, quienes muestran una cierta falta de claridad acerca de los que está bien o está mal. En este sentido, al 42% de los argentinos “se les dificulta a menudo decidir cuáles son las reglas morales correctas a seguir”, acompañado de una cierta “incertidumbre” que tradicionalmente era resuelta por el dogma de la fe.  

 

A lo largo de los últimos años, al comparar con tres décadas atrás, se observa que hay una mayor tolerancia y justificación respecto de todos los comportamientos morales que aborda el estudio, lo que conlleva un cierto relativismo moral en distintas prácticas de vida, las cuales difieren claramente de las enseñanzas de la Iglesia; especialmente en relación a la sexualidad (sexo casual) y a los modelos familiares (divorciados), pero también en cuestiones morales (violencia), cívicas (recibir sobornos) y sociales (matrimonio homosexual) Esta posición es consistente con valores más individualistas.

 

Sin embargo, la Iglesia argentina hace ya años que aparece como una institución confiable, generalmente en un segundo lugar respecto de las ONG´s de ayuda social (especialmente Cáritas), y en comparación con el resto de las instituciones, aunque haya perdido posiciones en los últimos tiempos (con un 57% de aprobación en el año 2017)

 

Respecto al plano global, la Encuesta Mundial de Valores (World Values Survey – WVS), muestra grandes diferencias entre los valores culturales de cada país, lo que impacta en el comportamiento individual y colectivo global. Consecuentemente, como era esperable la religión tiene mayor importancia en algunos países que en otros.

 

Para ello, el libro muestra un mapa cultural global realmente valioso (THE INGLEHARDT- MELZEL WORLD CULTURAL MAP) donde se puede ver cómo se ubican las distintas sociedades, incluyendo la Argentina, en dos dimensiones principales:

Valores tradicionales frente a valores seculares – racionales

Valores de supervivencia frente a valores de auto-expresión.

 

En el mundo, según dicho mapa, en virtud de las dimensiones ya señaladas se tipifican los países en términos de sociedades tradicionales, seculares, de supervivencia y de autoexpresión.

 

En relación a Latinoamérica, se observa cierta cercanía en la ubicación de los países, los que comparten, con “matices”, ciertos valores comunes.

 

También podemos apreciar otros grupos de países que responden a valores semejantes entre sí: los países de la “Europa ortodoxa”, “los Confusionistas”, la “Europa protestante”, la “Europa católica”, los “países de habla inglesa” y los países “Africano-islámicos”.

 

Tal como se señala en las conclusiones del libro analizado, “En definitiva, el mundo en su conjunto no es menos religioso de lo que solía ser. […] La transformación del vínculo entre las personas y la religión tiene que ver con un cambio en las formas y los comportamientos, que suponen menos prácticas religiosas formales y un acercamiento más individual y directo, sin la mediación institucional”[1]

 

 

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